
La citología vaginal es una prueba muy antigua para detectar el cáncer de cuello de útero (muy frecuente en las mujeres jóvenes), las infecciones vaginales y otras alteraciones. Por ello, es preferible hacerse esta prueba una vez al año.
Consiste en evaluar la secreción vaginal recogida durante una consulta ginecológica y analizada en un laboratorio. La recogida es sencilla, indolora y puede realizarse a cualquier edad, pero preferiblemente a partir de los 20 años y el inicio de la vida sexual.
El médico analiza las células obtenidas en esta extracción para encontrar células alteradas procedentes de la descamación de la vagina y el cuello uterino. Estas células se consideran alteradas cuando su forma, tamaño y características son diferentes de las normales.
Los resultados alterados de la citología vaginal pueden deberse a infecciones, inflamaciones o atrofia vaginal (frecuente en la menopausia). Cuando el resultado es positivo para una anomalía, el tratamiento depende de la alteración encontrada en estas células. En estos casos, es fundamental realizar un seguimiento con un ginecólogo para que pueda solicitar pruebas adicionales.
Por lo tanto, todas las mujeres que reúnan los requisitos para hacerse una citología vaginal deben hacérsela periódicamente y realizar un seguimiento con su ginecólogo.

Dra. Paula Marcovici
Doctora Ginecóloga y Obstetra | CRM 50070-SP